La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, y actúa como una barrera protectora frente a las agresiones externas, pero también puede volverse vulnerable, especialmente a los efectos nocivos del Sol. Por eso, la fotoprotección es fundamental para mantener la salud y la buena apariencia y jugosidad de nuestra piel. Pero no solo en verano, sino en cualquier época del año en la que estemos expuestos mínimamente el sol. Como sabes, los rayos ultravioleta están presentes incluso en días nublados, por lo que es importante ser conscientes de los riesgos que esto puede conllevar y tomar las precauciones adecuadas.
Debemos tener especial precaución con ancianos y niños ante la exposición solar, ya que ambos tienen una piel mucho más delicada y sensible que la de los adultos, y por eso necesitan especial atención. Utiliza con los niños siempre un protector solar diseñado específicamente para niños, y mantenlos alejados del Sol en la medida de lo posible. Y tanto en adultos como en niños, es importante reponerlo bien en todas las áreas expuestas de la piel, y reponerlo cada dos horas, y después de haber estado en el agua, o haciendo algún deporte que nos haga sudar intensamente.
Tipos de radiación ultravioleta:
Existen 3 tipos principales de radiación ultravioleta que son emitidos por el sol: los UVA, los UVB y los UVC. Los rayos UVA tienen una longitud de onda más larga y, por tanto, su efecto principal en la piel es el envejecimiento prematuro. Sin embargo, los rayos UVB tienen una longitud de onda más corta y por eso se quedan más en la superficie de la piel encargándose de las quemaduras solares y del daño actínico. Afortunadamente coma los UVC son absorbidos por la atmósfera y apenas llegan a La Tierra.
Consejos para una fotoprotección efectiva:
1. Utiliza un protector solar de calidad que te proteja frente a los tipos de radiaciones que nos llegan a la piel en el día a día: Un protector solar de amplio espectro es lo que siempre recomendamos desde la farmacia. El protector solar es la herramienta más eficaz para protegernos del Sol siempre y cuando nos acordemos de aplicarlo bien, sin olvidarnos de las orejas coma el cuello y la línea de crecimiento del cabello, y de reaplicarlo cada 2 horas.
2. Utiliza un protector labial con protección solar alta para proteger también tus labios del Sol. La radiación solar también puede afectar mucho a la piel de los labios.
3. Busca la sombra: cuando estés al aire libre, siempre que sea posible, busca ponerte a la sombra; especialmente durante las horas de mayor intensidad de radiación solar.
4. Evita la exposición en horas centrales del día: intenta evitar la exposición directa al sol entre las 12:00 h de la mañana y las 17:00 h de la tarde
5. Usa medios físicos de protección: opta por una ropa que cubra la mayor parte de tu cuerpo, como camisas de manga larga que sean de una tela fina y que transpiren bien, sombreros o gorras y gafas de sol homologadas. También existe ropa con protección ultravioleta que aumenta la protección frente al sol. Su intensidad se mide por UPF, el Factor de Protección Ultravioleta, que nos indica cuántos rayos ultravioletas pueden penetrar la tela y alcanzar la piel. Está confeccionada con tejidos especiales que son más densos que los convencionales
6. Hidrátate: bebe suficiente agua para mantener tu cuerpo y tu piel hidratados y ayudarlos a combatir el calor del verano. Una hidratación adecuada es fundamental
¿Y cómo cuidamos nuestra piel después de la exposición solar?:
Algunas personas han olvidado que es fundamental reparar la piel después de haber tomado el sol y calmarla. Estos son algunos de los consejos:
1. Ducha refrescante con un jabón suave que cuide tu piel. Así eliminaremos los residuos de protector solar, sudor y suciedad. Hay geles de ducha específicos para esto, que eliminan también restos de sal y cloro
2. Hidratación y reparación con un After Sun: Los After Sun son diseñados para proporcionar una hidratación intensa en la piel y restaurar su equilibrio de humedad. También calma la piel, la refresca y le aporta antioxidantes.
3. Evita productos que puedan agredir tu piel tras la exposición al sol, como el uso de ácidos o de exfoliantes
4. Bebe mucha agua para mantenerte hidratado y mantener la hidratación de tu piel desde dentro.
¿Hay más radiaciones que perjudican la piel?
Sí, la radiación visible y la infrarroja.
La luz visible es menos energética, pero provoca alteraciones en la pigmentación, fotodermatosis y modificación de la superficie de la piel. Además, contribuye a empeorar los efectos de las demás radiaciones, acelerando el eritema causado por el UVB y provocando manchas y envejecimiento prematuro generado por los UVA.
La luz infrarroja son las menos energética de todas, pero potencia los efectos negativos de las radiaciones ultravioleta, el fotoenvejecimiento por la degradación de colágeno y elastina de la UVA y formando radicales libres en la piel
Los fotoprotectores de farmacia suelen llevar componentes que neutralizan el estrés oxidativo provocado en las células por este tipo de radiaciones. Consulta a tu farmacéutico sobre cuál es el más adecuado para ti