¿Sufres de sudoración excesiva?
Normalmente, el control de la temperatura corporal se lleva a cabo en el hipotálamo. Sin embargo, en la hiperhidrosis, las glándulas sudoríparas de las palmas de las manos, de las plantas de los pies y de las axilas son muy sensibles a los estímulos emocionales o térmicos, y reaccionan produciendo una cantidad excesiva de sudor para poder regular la temperatura corporal. Los principales desencadenantes son éstos: la temperatura y las emociones.
TIPOS DE HIPERHIDROSIS
– Según la localización:
- Localizada o focal: Afectan a zonas concretas. Se limita a las axilas, palmas y plantas, zona craneofacial y otras regiones específicas. Se presenta en sujetos sanos y puede acentuarse por emociones, efecto térmico y estímulos vasodilatadores. Además, la humedad excesiva puede provocar maceración de la piel, infecciones cutáneas o mal olor (bromhidrosis)
- Generalizada: Afecta a la mayor parte de la superficie corporal y suele ser consecuencia de una causa subyacente (enfermedades, fármacos, menopausia).
– Según las causas:
- Primaria: Su causa es desconocida, y, desgraciadamente, es la más frecuente. Normalmente, los pacientes tienen antecedentes familiares. Debuta en la infancia o en la adolescencia, continúa durante algunos años y, a veces, de forma espontánea, parece que mejora hacia los 25 años. Es simétrica, se presenta en ambas partes del cuerpo, pero, curiosamente, no hay sudor nocturno.
- Secundaria: Es consecuencia de una causa patológica identificada: Puede aparecer como consecuencia de enfermedades neurológicas, infecciosas, tumores o enfermedades generales como la diabetes mellitus o la intoxicación. También por medicamentos, como vasodilatadores o antidepresivos.
Te explicamos qué criterios seguirá el médico para su diagnóstico en el siguiente vídeo: