Es un conjunto de músculos, ligamentos, tejido conectivo, vasos sanguíneos, nervios y tejido fascial que tapiza la pelvis en su parte inferior y cuya función es mantener los órganos pélvicos en su posición para que funcionen correctamente.
El suelo pélvico no trabaja solo, ni aislado. No sé si habrán escuchado que para fortalecerlo hay que hacer ejercicios de Kegel, o contraer mucho la musculatura de la vagina. Pero la musculatura del suelo pélvico tiene un 20% de musculatura y un 80% de tejido conjuntivo. ¿Qué significa esto? Que cuando solamente hacemos contracciones, solo trabajamos ese 20% de la estructura del suelo pélvico. El 80% restante se trabajaría con trabajo respiratorio, técnicas posturales, etc. Decimos que el suelo pélvico no trabaja solo porque forma parte del complejo abdomino-lumbo-pélvico: está implicado el diafragma, musculatura respiratoria, musculatura abdominal profunda (trasverso del abdomen), la musculatura del suelo pélvico y la musculatura profunda de la espalda, la que nos ayuda a mantenernos erguidos.
El diafragma es muy importante en la respiración, pero también en la postura, la estabilidad, la digestión, la gestión de las emociones, circulación y los pujos en el parto. Con cada inspiración, desciende hacia la cavidad abdominal, llevándose consigo a los pulmones para dejarles espacio, y vuelve a su sitio en cada espiración. Al bajar, aumenta la presión sobre las vísceras abdominales, y, por tanto, aumenta la presión sobre el suelo pélvico, que responde a esta presión con una contracción. Por tanto, un diafragma rígido causaría una presión constante sobre el suelo pélvico, y generaría disfunciones a largo plazo.
Si el paciente tiene algún problema respiratorio como EPOC, rinitis alérgica, bronquitis crónica, o patologías que hacen que su diafragma no funcione de manera correcta, no tendrá una buena mecánica respiratoria. Y si no la tiene, en todo este complejo abdomino-lumbo-pélvico, la gestión de presiones al hablar, respirar, etc se dará de forma anómala, puesto que su diafragma que está rígido. Otro aspecto que influye es la postura corporal: Si el paciente tiene una postura demasiado relajada, el suelo pélvico no estará preparado para recibir ese aumento de presión que recibe de la parte superior. Sin embargo, si está más erguido, su suelo pélvico estará más tonificado y recibirá mejor las presiones. Por eso decía que cualquier disfunción en la musculatura que forman el complejo abdomino-lumbo-pélvico, va a alterar esa gestión de presiones.
Hay dos ejercicios fáciles que enseñar en la farmacia a los pacientes para relajar su diafragma:
- Colocando ambas manos bajo el borde inferior de nuestras costillas, y realizamos presión hacia arriba al espirar, aprovechando que el diafragma sube. Metemos los dedos por debajo de nuestras costillas. Al inspirar mantenemos la presión y profundidad que teníamos. Mantenemos durante 3 minutos
- El otro ejercicio es inspirar por la nariz e ir exhalando pronunciando la “S” el mayor tiempo posible.
Funciones del suelo pélvico:
- Mantener una correcta estática pélvica: La pelvis no tiene que estar hacia atrás ni hacia adelante, aunque la de la mujer tiende siempre a estar un poco hacia adelante. Si nuestra pelvis fuera un cuenco de agua, el suelo pélvico estaría hacia adelante, ¿qué le ocurriría al cuenco? Que se vertería hacia adelante. Si por el contrario, nuestro suelo pélvico estuviera muy retraído, pasaría lo mismo con el cuenco de agua. Ambas situaciones podrían producir incontinencia.
- También actúa en la defecación: Nuestro suelo pélvico ha de relajarse para poder dejar pasar las heces. De modo que, si no se relaja, el paciente no irá bien al baño.
- Relaciones sexuales: Una musculatura fuerte de suelo pélvico hará que nos ayude a mantener una mejor erección en el hombre, y una mejor vascularización en la mujer. De esta manera, la satisfacción será mejor.
- Actúa en el parto: La musculatura que rodea a la vagina ayuda a sacar la cabecita del bebé. Hará como un bamboleo
- Trabaja también a nivel de la esfera uro-ginecológica
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